viernes, 31 de mayo de 2013

No estoy de moda

No estoy de moda, no me gustan. No destaco por nada, al menos bueno. Soy miope, bajito y cada vez con más kilos. Así que nunca estaré de moda. No me gustan, como no me gusta el éxito, y por eso no lo busco.
Sí busco trabajar, en muchas cosas. Y no me refiero sólo a lo que alguna gente considera trabajo, entendiendo por tal aquella o aquellas tareas que te hacen ganarte la vida con más o menos soltura. Me gusta trabajar en muchos proyectos, aprender y compartir temáticas diferentes, me sirven de fin y de excusa para trabajar en sí mismos. Me gusta ponerlos en marcha, ayudar a que despeguen, como si fueran un hijo. Estaría toda la vida dedicado a esta labor.
El trabajo que te hace aprender, equivocarte, avanzar, colectivizar la vida, las decisiones y el futuro. No el trabajo que busca el éxito y mucho menos ese fácil y rápido que vemos a diario en televisión. Además, ese éxito no suele derivarse del trabajo. Al menos del que yo hablo.
El trabajo como una actitud, una forma de vida, pensando que con intención, actitud y trabajo es casi todo posible, al menos para los que nacimos con algo que comer todos los días. El trabajo como proceso, donde quizás importe más el camino que el resultado. Sin despreciar éste pero valorando sobre todo aquel, puesto que el error es siempre propio de las personas. Y en eso seguro que también soy un experto.
El trabajo sincero, sin guardar esfuerzos en la manga. Solidario con las personas que participan contigo en el proyecto, porque el mejor trabajo es el que haces con otras personas. Ese es el potente, el que cambia vidas y las mejora. El que mueve o moverá el mundo.
Esa actitud viene bien también a las empresas, para qué negarlo. Vengo bien a la empresa en que trabajo, porque no estoy allí para pasearme ni para charlar o cotillear por los pasillos. Trabajo con un equipo de gente y aplico el mismo método que cuanto estoy fuera del trabajo. Así me educaron. Es lo que tiene crecer en una familia roja. Y el equipo de gente con el que trabajo es similar, no por lo rojo, sino porque nadie se escapa en el momento de la verdad. No se escaquean. Nos ayudamos y apoyamos.
Pero eso no nos hace ser unos pelotas, sino gente trabajadora. Sobre todo porque la empresa maneja dinero público y ya bastante despilfarro, mangoneo y mal uso hay de estos fondos como para hacerlo también uno mismo.
Vengo bien a mis jefes, ellos lo saben y yo también. Pero hasta cierto punto. El tesón, los valores y esta forma de ser también cuestionan la lógica de las empresas y el capitalismo. Son cuestiones que se ponen directa y frontalmente de lo que os planteo en esta entrada… son individualismo, éxito rápido, dinero, egoísmo, poder…
Por tanto, que tengan cuidado. No estoy de moda y vengo bien. Pero ese mismo trabajo, ese mismo empeño, lo tengo y tendré también para tratar de acabar con ellos y subvertir la actual realidad, en busca de otra. Otra que, por otro lado, tampoco está de moda. Como yo, como tú, como la mayoría de las personas que entendemos las cosas de otra manera.

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